En las películas de ciencia ficción se dan a conocer nuevos conceptos, inventos o nuevas tecnologías que ni conocíamos ni pretendíamos llegar a conocer nunca a no ser que viésemos la película donde aparece dicho invento o nueva tecnología. Una de las sagas de películas de ciencia ficción que más ha marcado la vida de muchos ha sido la saga de Star Wars dónde, entre muchas otras cosas, se dieron a conocer los hologramas. En dicha saga los hologramas se reproducían a través de pequeños dispositivos móviles, a través de grandes objetos fijos, como si fuese un mapa virtual, y también a través de los droides como el famoso R2D2. Según lo que se ve en las películas de esta saga, los hologramas no son más que mensajes tridimensionales emitidos por una luz de dimensiones "regulables" (por expresarlo de alguna manera) según el emisor que enviaba el mensaje.
Son muchas las teorías sobre los hologramas, incluso se ha especulado que el universo sea un holograma. Los científicos Hooft y Susskind (por separado) hablaron de esa especulación y finalmente se desarrolló un principio definiendo como resultado la llamada frontera de Bekenstein, en el que (controlando el error) por cada 4 unidades de Plank, se define un área (delimitado por la anteriormente mencionada frontera de Bekenstein). En esta teoría entran en juego, también, muchos otros científicos reconocidos como Howking que demostraron que dicha teoría era directamente proporcional al área de la superficie del horizonte de sucesos de un agujero negro, es decir y hablando en palabras llanas: Los científicos mencionados conjeturaron sobre la relación que existe entre los hologramas y el universo donde vivimos.
Todas estas teorías, al fin y al cabo son sobre el papel, es decir, no es empíricamente demostrable así que dichas teorías no pueden ser usadas para la creación de los hologramas que se muestran en las películas. La tecnología actual no es suficiente para poder controlar las dimensiones de la luz, es decir, no podemos decidir a placer hasta que punto queremos que un láser (por ejemplo) deje de emitir luz. Teniendo estos datos sobre la mesa, podemos concluir que, al menos actualmente, es imposible crear los hologramas tal y como nos imaginamos, pero eso no significa que no puedan existir de otra manera.
Existe una manera sorprendentemente sencilla de reproducir hologramas y con pocos materiales: una pantalla LCD y cuatro triángulos de plexiglás dispuestos en forma de pirámide. Para hacer el efecto tridimensional estilo holograma, la pantalla LCD debe reproducir al mismo tiempo cuatro imágenes de un mismo objeto, dispuestos en las esquinas. Cada una de las cuatro imágenes representan ángulos distintos del objeto. En el centro de las cuatro imágenes se coloca la pirámide de plexiglás (con lo que sería la cima de la pirámide sobre dicho centro), y entonces ya se ve correctamente el supuesto holograma.
El resultado final es es siguiente (ver vídeo):
Una de las mejores partes de la tecnología es el hecho de poder experimentarla por uno mismo; ésa es la belleza de la tecnología ya que muchas de las cosas que creíamos ciencia ficción o que eran desconocidas para nosotros puedes convertirse en reales. Jugar con la tecnología nos hace crecer, nos hace evolucionar, y en cierta medida, nos puede hasta llegar a mostrarnos mejor quienes somos, no solo como empíricos sino también como personas que convive en una sociedad que está llena de necesidades y que gracias a la cooperación de todos se puede llegar a crear un mundo mejor en el que vivir y que dejar como herencia a nuestros hijos y nietos. Los hologramas parecen ser tan solo útiles des del punto de vista del juego y el entretenimiento, pero si se llegasen a ser manipulables, ¿quién sabe hasta que punto podrían ser útiles en nuestras vidas?, es decir, sería posible llegar a usar un holograma que reproduce una mascota, por ejemplo, y que ésto se convierta en nuestro nuevo amigo. Éste es solo un ejemplo que me ha venido a la mente, pero estoy del todo convencida de que toda nueva tecnología es útil para nosotros y para nuestra confortable convivencia.
Son muchas las teorías sobre los hologramas, incluso se ha especulado que el universo sea un holograma. Los científicos Hooft y Susskind (por separado) hablaron de esa especulación y finalmente se desarrolló un principio definiendo como resultado la llamada frontera de Bekenstein, en el que (controlando el error) por cada 4 unidades de Plank, se define un área (delimitado por la anteriormente mencionada frontera de Bekenstein). En esta teoría entran en juego, también, muchos otros científicos reconocidos como Howking que demostraron que dicha teoría era directamente proporcional al área de la superficie del horizonte de sucesos de un agujero negro, es decir y hablando en palabras llanas: Los científicos mencionados conjeturaron sobre la relación que existe entre los hologramas y el universo donde vivimos.
Todas estas teorías, al fin y al cabo son sobre el papel, es decir, no es empíricamente demostrable así que dichas teorías no pueden ser usadas para la creación de los hologramas que se muestran en las películas. La tecnología actual no es suficiente para poder controlar las dimensiones de la luz, es decir, no podemos decidir a placer hasta que punto queremos que un láser (por ejemplo) deje de emitir luz. Teniendo estos datos sobre la mesa, podemos concluir que, al menos actualmente, es imposible crear los hologramas tal y como nos imaginamos, pero eso no significa que no puedan existir de otra manera.
Existe una manera sorprendentemente sencilla de reproducir hologramas y con pocos materiales: una pantalla LCD y cuatro triángulos de plexiglás dispuestos en forma de pirámide. Para hacer el efecto tridimensional estilo holograma, la pantalla LCD debe reproducir al mismo tiempo cuatro imágenes de un mismo objeto, dispuestos en las esquinas. Cada una de las cuatro imágenes representan ángulos distintos del objeto. En el centro de las cuatro imágenes se coloca la pirámide de plexiglás (con lo que sería la cima de la pirámide sobre dicho centro), y entonces ya se ve correctamente el supuesto holograma.
El resultado final es es siguiente (ver vídeo):
Una de las mejores partes de la tecnología es el hecho de poder experimentarla por uno mismo; ésa es la belleza de la tecnología ya que muchas de las cosas que creíamos ciencia ficción o que eran desconocidas para nosotros puedes convertirse en reales. Jugar con la tecnología nos hace crecer, nos hace evolucionar, y en cierta medida, nos puede hasta llegar a mostrarnos mejor quienes somos, no solo como empíricos sino también como personas que convive en una sociedad que está llena de necesidades y que gracias a la cooperación de todos se puede llegar a crear un mundo mejor en el que vivir y que dejar como herencia a nuestros hijos y nietos. Los hologramas parecen ser tan solo útiles des del punto de vista del juego y el entretenimiento, pero si se llegasen a ser manipulables, ¿quién sabe hasta que punto podrían ser útiles en nuestras vidas?, es decir, sería posible llegar a usar un holograma que reproduce una mascota, por ejemplo, y que ésto se convierta en nuestro nuevo amigo. Éste es solo un ejemplo que me ha venido a la mente, pero estoy del todo convencida de que toda nueva tecnología es útil para nosotros y para nuestra confortable convivencia.
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