Llega el teléfono móvil ecológico

En un mundo de innovación como el actual, dónde lo más importante es hacerse poderoso gracias a la innovación suele existir la tendencia a olvidar el motivo por el que estamos aquí (refiriéndome a la Tierra). Vivimos en un planeta en el que antiguamente predominaba por encima de todo la naturaleza, formada por frondosos bosques y caudalosos ríos, sin embargo ahora, aunque se intente impedir, con cada paso hacia delante que hacemos en la gran industria, más perjudicamos el medio ambiente, siendo eso así, cualquier paso hacia delante siempre es bienvenido. Los teléfonos móviles supusieron un gran cambio en nuestras vidas, sobretodo para aquellas personas que nacieron cuando todavía los móviles no eran ni un sueño.

Cada vez se está innovando más y más en el mundo móvil y, aún cierto que existe una preocupación por el medio ambiente a nivel ascendente, resulta mínima la acción que tomamos sobre ello ya que, por ejemplo, las baterías que componen nuestros teléfonos están formadas en su mayoría por níquel o lítio (dependiendo del tipo de batería) los cuales resultan ser materiales muy contaminantes que no podemos desechar a la ligera ya que si se desechan sobre tierra, estos se deshacen (a la larga) y a través del suelo y la lluvia llegan a los ríos, de ahí al mar y de ahí al interior de muchos seres vivos. Estas baterías tampoco pueden ser quemadas ya que su humo se esparciría por el aire, y si lloviese se volvería al círculo anterior ya que son materiales de tipo bioacumulativo, esa decir, se transmiten a través de la cadena alimenticia.

En la Universidad de Maryland se llevó a cabo un proceso de investigación y desarrollo de una batería ecológica formada por fibra de madera y de un tamaño extremadamente pequeño. Resulta un material eficiente ya que, a diferencia de los otros, éste se trata de un material flexible y puede absorber el agua, así mismo, se trata de un material muy parecido al del electrolito te las baterías comunes, y por tanto, válido para realizar su misma función (ver video).

Los teléfonos móviles no están solo formados por una batería (como elemento base), también poseen una carcasa, una pantalla y una placa base (con su disco duro, su procesador, etc). La carcasa de la mayoría de dispositivos móviles está compuesta por un material plástico, tipo ABS o policarbonato dependiendo de la compañía, el cual no suele ser ecológico, y por lo tanto no es amigo del reciclaje limpio y seguro. Así como existen las bolsas de plástico de plástico reciclado, existe también un plástico formado por materiales reciclados que es mucho más resistente y puede encontrarse en una amplia gama de colores. Este tipo de plástico es el conocido como PET (tereftalato de polietileno) y se encuentra en botellas, envases de mantequilla, el pote del champú... se puede modelar fácilmente por lo que los fabricantes no tendrían un problema añadido a la hora de diseñar y fabricar la carcasa de un posible nuevo dispositivo a la vez que puede usarse como el material que compone la superficie y parte protectora del procesador y de los distintos chips que componen la placa base, e incluso, la placa base en sí.

En último lugar nos encontramos la pantalla la cual deberá se constituida por un vidrio ecológico compuesto por silicatos, que se funden a una temperatura de 1.200 ºC, procedentes del cuarzo o arena y que sirven para proporcionarle al vidrio una propiedad tal como el color. El vidrio se trata de un material altamente sostenible, ya que puede ser reelaborado de forma reiterada, y posee una vida útil acercándose a infinito. Este tipo de vidrio no permitiría la implementación de una pantalla táctil, y como actualmente lo más puntero en tecnología móvil son las pantallas táctiles, resulta muy necesario incorporarle dicha posibilidad. Para ello se deberán incorporar ciertos sensores en la parte inferior de la pantalla que localicen los dedos o el lápiz táctil, tal y como se hace actualmente.

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